Cuántas veces, por su sencillez, subestimamos el potencial de algunas herramientas o recursos.
El organigrama es un claro ejemplo de ello.
Si alguna vez has cuestionado la utilidad de los organigramas o tienes dudas acerca de lo que pueden aportar a tu clínica, te invitamos a que sigas leyendo.
Un organigrama, en general, es un esquema o sinopsis de algo, pero donde más aplicamos este término es en el ámbito empresarial.
Se trata de una representación gráfica de toda la estructura organizacional, en este caso de la clínica, que nos permite visualizar cada una de las personas que ejercen alguna función en ella y las relaciones que se establecen.
El objetivo principal es ofrecer a todo el equipo una visión general de la estructura de la clínica, que permita identificar tanto a las personas que trabajan en ella como las funciones que ejercen.
Puede parecer algo muy obvio, sobre todo en el caso de clínicas pequeñas o incluso familiares, pero su papel va mucho más allá. Con el organigrama:
- Dejamos inequívocamente asignadas las funciones de cada miembro del equipo.
De esta forma evitamos posibles malentendidos que puedan surgir cuando las tareas no se designan o comunican correctamente.
- Detectamos fallos.
Muchos de los problemas del día a día en el trabajo tienen su origen en una mala organización de los equipos y las tareas. El organigrama nos ayuda a identificarlos de manera sencilla.
- Descubrimos oportunidades.
Estas suelen centrarse en la mejora de la estructura del equipo o en la comunicación. Con pequeños ajustes podemos aumentar enormemente la eficiencia de la clínica.
- Mejoramos la comunicación interna.
Permite aportar visibilidad a todo el personal sobre cómo se organiza la clínica y sobre los flujos de trabajo y comunicación. Esa transparencia es esencial en cualquier equipo.
- Repartimos las tareas de manera eficaz.
Tener una visual tan completa hace que dividir el trabajo sea más sencillo. Así evitamos cualquier solapamiento de tareas o la sobrecarga de cualquiera de los trabajadores.
- Es especialmente útil para facilitar la integración y formación de nuevas incorporaciones.
Y no podemos dejar de destacar su sencillez. Diseñar un organigrama nos ocupará muy poco tiempo y nos permitirá visualizar y mostrar con claridad todas las responsabilidades y jerarquías.
Te aconsejamos que tengas a mano un bolígrafo para comenzar a crear un primer borrador o esquema en papel de forma que no se te pase nada ni nadie por alto.
Existen diferentes diseños de organigrama, pero el más común y que se adaptará perfectamente a tu clínica es el jerárquico.
Como su nombre indica, irás incorporando al esquema a los diferentes miembros del equipo partiendo de la persona que ocupa un cargo de mayor responsabilidad o jerarquía, es decir, el director/a o gerente.
Lo ideal es que, junto al nombre de cada persona incluyas también una foto y sus datos de contacto.
También deberás añadir todos los roles o tareas que desempeña cada miembro.
En una clínica, lo más usual es que podamos dividir al equipo en dos partes: el área médica y el área administrativa. Cada área debería estar liderada por un responsable.
Aunque, por supuesto, cada clínica es única, este es el esquema que más se repite en la mayor parte de las clínicas privadas de odontología.
Dirección/gerencia.
La persona directora o gerente de la clínica posee la figura de líder y es la encargada de coordinar a todo el equipo.
Lo más común es que cuente con un perfil médico, aunque según la legislación vigente, este requisito no sería necesario. Lo que sí es importante es que posea conocimientos de gestión -tanto económica como de equipos- y una visión estratégica, ya que debe encargarse, entre otras cosas, de la planificación o la toma de decisiones.
Coordinador/a o responsable de atención al paciente.
Es una figura que hace unos años no encontraba su lugar en las clínicas de pequeño o mediano tamaño, pero que hoy en día se ha convertido en habitual.
Al igual que la persona responsable de la dirección de la clínica, no necesita contar con titulación médica, aunque sí debe tener claro el funcionamiento de la clínica y conocer en qué consisten los tratamientos, ya que se encarga en muchas ocasiones de presentar los planes de tratamiento a los pacientes.
Personal médico
Por supuesto, ninguna clínica podría existir sin sus doctoras y doctores. Son odontólogos, implantólogos, cirujanos, ortodoncistas… Este equipo debería ir encabezado por la figura del director médico.
Dirección médica
La directora o director médico sí debe poseer formación médica y es la persona que coordina y supervisa el trabajo del cuerpo médico de la clínica.
Se encarga, entre otras cosas, de que se cumplan los niveles de calidad asistencial de sus doctores, así como los protocolos.
Auxiliares e higienistas
Otras figuras esenciales en la clínica. Asisten a los doctores, preparan materiales, dejan el gabinete a punto para los pacientes, se encargan de la compra de material… son el engranaje que hace que la clínica siga funcionando.
Recepcionista
Hemos hablado en multitud de ocasiones acerca de la importancia de la atención al paciente. El personal de recepción puede marcar la diferencia.
Otros miembros del equipo
No olvides incluir en el organigrama a cualquier persona que trabaje de forma habitual para la clínica, como el personal de mantenimiento y limpieza.
Como conclusión, queremos volver a recalcar la importancia de una correcta gestión del equipo dentro de la clínica. El trabajo con personas, especialmente en el sector salud, exige que cuidemos especialmente este aspecto.
El organigrama es solo una herramienta de las muchas que podemos incorporar para que nuestro equipo trabaje a gusto y transmita esa motivación a los pacientes.
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Recuerda que la diferenciación es clave para el éxito de cualquier clínica y los equipos son, ni más ni menos, que su auténtico valor diferencial.